Crisis financiera en mi vía láctea


Observo cómo la sección de economía de mi diario engorda cada día de manera alarmante, a punta de gráficos y más gráficos con líneas de colores que sólo bajan en picada desde alguna cima atónita.

En esta danza de cifras astronómicas de pérdidas y planes de rescate, de rostros de funcionarios y corredores esculpidos por la angustia y congelados en todos los medios como vitrinas de horror; en esta danza de toboganes por los que sólo se puede bajar, de opiniones expertas y no tan expertas donde no encuentro ni una sola señal de luz al final del túnel, porque nadie sabe donde termina el túnel, me siento pequeña, muy pequeña… demasiado pequeña, como un puntito levemente azul en la vía láctea.

Me pregunto desde mi pequeño mundo de transacciones cotidianas accionadas por los verbos trabajar, cobrar, comprar, pagar, vivir... me pregunto: ¿cómo diablos pasó? ¿qué significará para mi vida sobre la tierra este tsunami planetario en las próximas décadas en las que aspiro a seguir viva? ¿cómo es que decisiones que yo nunca tomé pueden cambiar mi vida –y la de cientos de millones de personas- en los próximos años?

Me sigo sintiendo pequeña, muy pequeña ante lo gigante y complejo de un mundo tan sistémicamente vinculado e interdependiente que un aleteo de mariposa, perdón, de águila, en Wall Street, puede desencadenar una tormenta financiera en el resto del mundo y sacudir hasta mi pequeño puntito azul.

En esta noche llena de preguntas en mi bóveda celeste, decido apagar mi lámpara, para ver de qué tamaño soy realmente…
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Mi Lámpara
Por Eugenio Montejo
Venezuela, 1948-2008


De noche, al apagarla, en mi silencio
puedo oírla rezar
Cansada ya de arder, de tanto estar en vela
frente a la oscuridad del mundo,
ruega no sé en qué lengua solitaria
por ti, por mí, por todos los que doblan
atormentados el último periódico
y en sueños apartan la sombra de sus letras,
como quien ya no indaga, aunque le importe,
cuánta vida nos guarda la tierra todavía
cuando mañana se despierte.

5 comentarios:

Alfredo Tugues Plaza dijo...

Hola Luisa,Que hermoso escribes. Me encanta tu poema "La Lámpara".
¿Cuando publicas un poemario?.

Besos.
Alfredo.

Luisa Elena Sucre dijo...

Gracias Alf, por tu comentario.

Te cuento que el poema "La Lámpara" que cierra mi post no es mío, sino de Eugenio Montejo, uno de los grandes poetas venezolanos, fallecido este año.

Tengo un blog dedicado exclusivamente a mi poesía, por si quieres ver algunos de mis versos:
http://www.poevida.blogspot.com

Un fuerte abrazo,

LuisaE

Nadia L. Orozco dijo...

Y fíjate que la bolsa caerá, la economía se ira al diablo, el sector financiero podrá o no salir de su crisis... pero mañana, tú y yo, y los demás también, vamos a despertar y a seguir vivos...

Francisco Pereira dijo...

Al apagar la luz, y quedarte contigo misma, en tu pensamiento, te das cuenta que el universo está en ti.

PD: Demos gracias al Universo que no tenemos fortuna en Wall Street, sino unos ahorritos en el banco. No quisiera estar en la piel de las aguilas que no pueden apagar la luz, quearse consigo mismos y centrar su pensamiento. Que angustia...

Anónimo dijo...

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