Paz sin Fronteras... voluntad sin límites


“¡Para allá voy, hermano!” fueron las cuatro palabras contundentes que Alejandro Sanz dejó caer en el blackberry de Juanes una semana antes del inédito gran concierto “Paz sin fronteras”, en la frontera entre Colombia y Venezuela el pasado 16 de Marzo del 2008.

Estas fueron las primeras palabras de confirmación, los primeros granos de arena que comenzaron a caer en el orificio de un reloj, que en cuenta regresiva, comenzó aquel día su avance certero hacia un sueño nacido en un joven músico comprometido hasta los tuétanos con la Paz como valor, un colombiano pleno de certezas de que -desde su oficio y arte- podía trascender a un objetivo mucho más allá del de llenar escenarios y vender discos.

No había pasado media hora, cuando Miguel Bosé, también desde España y luego Juan Luis Guerra desde la República Dominicana, ya se habían sumado a esta osadía compartida, seguidos luego por Ricardo Montaner, Carlos Vives y Juan Fernando Velasco, tocados en avalancha por esa chispa eléctrica y contagiosa que despierta y sacude, y lleva a preguntarse ¿y por qué no?

Imagino los sobresaltos, los disparos de adrenalina en los cuerpos de estos protagonistas y de sus co-protagonistas (managers, productores, músicos), las preguntas latigueantes de ¿y qué hago con el concierto ya planificado de mi gira esos días? ¿llegaré a tiempo? ¿cómo haremos con los equipos en la mitad del monte fronterizo? ¿llegará la gente hasta allá? ¿tendrá sentido todo esto? ¿lo lograremos en sólo una semana?

Pero sobretodo, imagino esas voces interiores en intenso diálogo en las mentes y corazones de estos músicos, buscando claridad en el camino que lleva al ser humano a co-asumir la responsabilidad social ante los flagelos que impactan la vida de cada individuo, de cada comunidad, sociedad, país e incluso de la Tierra misma, como lo es una guerra donde nadie gana, o casi nadie…

Un puente poblado de claveles blancos regalando aromas, el lecho emocionado de un río convertido en platea, un sol cómplice y generoso, medio millón de almas tricolores… y la voluntad sin límites ni fronteras de siete artistas y sus equipos, hicieron posible lo nunca antes visto en estas tierras de Bolívar: un solo pueblo verdaderamente hermano diciendo un NO rotundo en medio de un gran SI hecho de música.

Durante aquella tarde del 16 de marzo de 2008 todos los mapas de Colombia y Venezuela sintieron la caricia inesperada de un misterioso typex borrando algunas líneas…




4 comentarios:

Francisco Pereira dijo...

Ayer me instalé a ver el concierto y las imágenes que observaba, más que la de los artistas era la de la masa humana que latía en un solo corazón alrededor de la música. Ayer con eso que vi y no viví, el término "Sudaca" que utilizan en forma despectiva para señalarnos ahora menos mella me hace. Ojalá pudieran muchos países "de primer mundo" unirse en el lecho de un río fronterizo y en su ribazo compartido vibrar como un solo ser, tal y como lo hicimos ayer. Al fin de cuentas somos un solo pueblo, un solo idioma.

Que pequeños son nuestros gobernantes ante estos grandes pueblos americanos. (soberana lección la de ayer) La historia sigue en proceso.

No se si el sentimiento será compartido pero me sentí Colombiano, Ecuatoriano, Dominicano, Peruano, Nicaraguense, es por eso que me encantó la frase final de este post "todos los mapas de Colombia y Venezuela sintieron la caricia inesperada de un misterioso typex borrando algunas líneas…"

Oportuno y ¡Hermoso Luisa!

Anónimo dijo...

Qué belleza de artículo el de tu blog sobre el concierto por la paz...

Me permitiste sentirme mas profunda y mas humana, tanto como me sentí el domingo frente a ese gran concierto...

Mil besos y mil gracias por ser eco de mi sentir genuino
cariños

Ladrillito

Elisa Arraiz Lucca dijo...

Luisa Elena, no sólo comparto tu emoción por lo que vimos y escuchamos, asombrados.
Desde el Domingo no soporto la dinámica maldita de noticias de guerra, pequeña o grande,no soporto la sobredosis a la que hemos estado sometidos los venezolanos en los últimos años.
Por eso no pienso darle un minuto más de mi tiempo a cadenas de improperios y a cadenas de malas noticias.
Me declaro liberada por Juanes!!! o tal vez por Alejandro Sanz y su Corazón Partío. Me declaro liberada por cualquiera de ellos que merecen la pena de verdad. Es lo menos que puedo hacer ante un gesto tan emocionante.
Abrazos, E

Marta Elena dijo...

No conocía tu blog, muy agradable, yo tuve la hermosa experiencia de estar en el concierto.
Seguiré leyendote

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