En ese largo camino de conocerme para poder -desde lo que Soy- relacionarme con otros, y aceptar sin flagelaciones y con amor por mi misma, lo que traigo en mi mochila genética y también aprendida, he descubierto las cosas que soy y en este “Aquí y Ahora” siento la necesidad de compartir esos hallazgos y constataciones como una vía para entregarle al mundo, mejor dicho, a aquellos que están en mi mundo, han estado o estarán, por mucho o poco tiempo, algunas luces que nos guíen en el camino de tendernos puentes por donde podamos transitar de aquí para allá y de allá para acá con fluidez y autenticidad.
He aquí 5 pinceladas de distintos colores que me dibujan:
Soy el mar...
Con olas que van y vienen, que se acercan y se alejan… que para acercarse, necesitan alejarse. Me pierdo y regreso a los afectos especiales que siempre me esperan en la orilla donde me hago espuma sonora por la algarabía de llegar y ser recibida.
Si estás en mi orilla, espera… regresaré… sin embargo, asumo el riesgo de que ya no estés cuando regrese.
Soy una puerta...
Que se abre y se cierra, a veces con la intención de una mano en su picaporte, a veces con el golpetazo involuntario de un ventarrón. Cuando está abierta y dispuesta, deja entrar, deja salir, recibe… adentro -dicen- pasan cosas movilizantes y nutritivas… cuando está cerrada, tocar el timbre no sirve de nada, pegas la oreja y no se oye nada… es el necesario silencio alimentando mis recintos.
Si has llegado a mi puerta, espero que la encuentres abierta… pero también asumo el riesgo de perderte si abro cuando ya te hayas ido.
Soy una shamana de la tribu...
Que conoce e investiga las artes y ciencias de sanar individuos y organizaciones, que heredó de su padre el llamado ancestral de este oficio en toda tribu, que conoce las hierbas, pócimas y rituales mágicos que permean la mente y las células ávidas de bienestar para caminar la Vida.
Si estás enfermo, ven a mi choza… sin embargo, asumo el riesgo de invitarte y que llegues cuando no estoy en condiciones de atenderte, incumpliendo mi promesa.
Soy un perro callejero…
Errante y sin dueños, curioso y fascinado por las insospechadas posibilidades que guardan las calles de la ciudad para él… habitando construcciones en sano intercambio de servicios.
Si te encuentras conmigo en la calle, no intentes convencerme de hermosas casas con dueño… ¡y con muros y collares!... asumo el riesgo de los peligros urbanos, de los días de lluvia y de las noches sin luna a la intemperie.
Soy una leona...
Territorial, defensora de los suyos, de sus espacios, juguetona y salvaje, mansa y brutal, madre y amante, fogosa y serena… amiga de sus amigas, pareja fiel de su león.
Si vienes de otra manada y te encuentras conmigo en la sabana, dame tiempo para olfatearte y descubrir en tus ojos felinos lo que traes a mi espacio…asumo el riesgo de herirte y equivocarme al no dejarte entrar...
2 comentarios:
La polaridad hecha poesia, te aseguro que cuando estes cerrada esperare para poder entrar...
Gracias querida Amiga, yo se que es así... TQM
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